En Coslada, septiembre es un mes clave para la prevención de plagas. Tras el verano, cucarachas, mosquitos, chinches y roedores encuentran en viviendas, comunidades y negocios el entorno perfecto para instalarse. Por ello, una inspección post-verano en Coslada es fundamental para evitar infestaciones difíciles de controlar.
A continuación, resolvemos las dudas más frecuentes sobre este tema.
¿Por qué aumenta la presencia de plagas en septiembre?
El calor del verano acelera la reproducción de insectos y roedores. Al llegar septiembre, buscan refugios más frescos y cercanos a fuentes de alimento, como cocinas, trasteros y garajes.
¿Qué zonas de Coslada son más vulnerables?
- Comunidades de vecinos con garajes y cuartos de basura.
- Viviendas con jardín donde el agua estancada favorece mosquitos.
- Locales de hostelería y comercios, muy expuestos a cucarachas y roedores.
¿Qué señales indican la necesidad de una inspección post-verano?
- Excrementos pequeños en sótanos o almacenes (roedores).
- Picaduras recurrentes al despertar (chinches).
- Insectos cerca de desagües o tuberías (cucarachas).
- Mosquitos en terrazas y patios con humedad.
¿Qué medidas básicas se deben aplicar tras el verano?
- Sellar rendijas y grietas en paredes y tuberías.
- Mantener cubos de basura siempre cerrados.
- Vaciar macetas y recipientes con agua acumulada.
- Revisar colchones, sofás y ropa tras los viajes de vacaciones.
¿Cada cuánto tiempo conviene realizar una inspección?
En Coslada, lo recomendable es hacer al menos una revisión anual tras el verano y reforzarla en comunidades o negocios con alto tránsito de personas.
La inspección post-verano en Coslada es la mejor herramienta para anticiparse a plagas urbanas. Actuar a tiempo evita infestaciones de cucarachas, chinches, mosquitos y roedores que ponen en riesgo la salud y la seguridad de los espacios.



